Reparte la abundancia que te llega con la misma generosidad con que te inunda el campo de la intención. No detengas el flujo de la energía abundante acumulando o poseyendo lo que recibes. Deja que se mueva. Pon tu prosperidad al servicio de los demás, y por causas más importantes que tu ego. Cuanto más practiques el desapego, más permanecerás en armonía vibratoria con la Fuente que todo lo concede.
Wayne W. Dyer
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